Se adhiere a la boca como
falsas mariposas;
Extiende sus alas y un reflejo
que invade los cerebros comienza
a explotar ideas que no tienen de
dónde salir.
Engañas todo vivir.
Vas de lugar a lugar,
neutralizando todo pensar,
absorbiendo todo deseo de masticar
algo real.
Los sabores huyen de su deforme andar
sin lograr escapar.
Intentan convencerte
al hablar, esas cosas son tan
duras como las piedras que se
hunden en el mar.
Masticar para reflejar.
Masticar para engañar.
Masticar para no tragar.
Los órganos comienzan
a debilitarse con aquel intento
de engañarse.
Odian todo ese montaje.
El chicle salió de la boca y
toda esa sensación de armonía
se volvió loca.
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