Apareció de la nada,
sin traje ni espada;
mira como la noche juega con las hadas.
Respiración acelerada,
sudoración alterada,
paso a paso el soplo muere en tu garganta.
Un infierno se come las pupilas dilatadas.
Imágenes inventadas.
Todo lo veo,
todo lo siento,
No hay momento para el arrepentimiento.
Soledad ha llorado en mi hombro sin piedad,
es algo imposible de controlar.
Tiene muchos amigos que no puede encontrar.
Escarba la tierra con los pies.
Grita a coro con su eco,
Su vida parece un cuesco.
Las sonrisas han perdido sal,
el aire se ha vuelto a enfriar.
El ruido estrangula al sonido.
Tanta luz que no hay estrellas en la mar.
Soledad se ha hecho dios, sigue
sin disfrutar.
Haga lo que haga al final,
el eco siempre la volverá a consolar.
1 comentario:
Muy bueno Pablo! No sabía que escribías, es lo mejor que un hombre puede hacer. Saludos!
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