Ruidos urbanos,
no los quiero.
Las aves paseando, los árboles cantando.
Desempolva los ojos,
hay que buscar el origen de todo.
Tanto estímulo, demasiado concreto,
todo fríamente calculado.
El orden ya pierde su poder,
todos son estructurados y ya nada puede
ser inventado.
El mar se agita contra la costa,
el fuego arremete contra las casas.
Hay un nuevo invento, más bien un descubrimiento.
Fuera de toda lógica,
más allá de la sanidad.
Un segregado llamó al desorden,
dispersión por toda la nación.
Una nueva clase de poder se toma el mundo.
Veo la moral alejarse, exiliada, acompaña a la
ética que vendió el orden.
Las ideas comienzan a estallar por todas partes.
Ancianos huyen...una vida en equilibrio,
acaudalados corren por su vida...todavía hay quienes quieren justicia,
jóvenes caminan por la calle en pleno reajuste.
El desorden ordenó lo que la lógica olvidó.
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