viernes, 26 de junio de 2015

VIEJA NOSTALGIA

El tiempo pasó y de mi cuerpo mi alma se olvidó.
Que el pelo ya creció.
Que la barba cuelga como jardín de Babilonia y,
mi rostro, seco y agrietado cual desierto de Atacama.
Mis ojos, a los que tanto amaba, ya no ven su reflejo en el agua.

Una estrella fugaz se asoma por la ventana.
El viejo se vio en el hogar que lo había desvelado.
Un haz de luz cruzaba la puerta, de dorado y perlas azules estaba conformada.
El anciano no tiene respuesta, simplemente la contempla.

Como si no escuchara.
Como si no la viera.
Como si no estuviera.

Sonrisa vaga que me traspasa,
no es a mi quien ve en casa.
Como ayer, pedazo a pedazo, cae la esperanza.

La estrella deja la ventana,
en el desierto llueve por la mañana.
Ella no existió.
La luz ya pasó.
Para bien y para mal, se terminó.

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