Hay un cubo de azúcar con música francesa,
al costado tiene a su compañera azúcar morena,
quien espera eternamente por ese ritmo que la descube de alegría.
No se mueven,
observan a cada persona sentarse, no saludan.
Ya ni las miran, nadie quiere deshacerlas en el café.
Los sobres del costado se llevan todos los aplausos,
ciegos y sordos,
la música no han escuchado y a la gente no han conocido,
todos se compadecen de sus sentidos fallidos y los siguen disolviendo en sus tazones desabridos.
En la oficina del abuelo decía: Dios concédeme: SERENIDAD para aceptar las cosas que no puedo cambiar. VALOR para cambiar aquellas cosas que puedo. SABIDURÍA para reconocer la diferencia. Y PACIENCIA para llegar a la meta.
domingo, 23 de noviembre de 2014
FOTOGRAFÍA GALÁCTICA
El día que no va a ser pasa una y otra vez.
El reloj avanza y las imágenes no pasan.
No está ese temblor que memorias destruyó y
presentes construyó.
La cabeza se congeló en aquel columpio, como una foto.
El destello de luz de esos ojos azules fue el flash que nubló el presente.
No te sorprendas de verme en la galaxia, pues estoy orbitando en un planeta lejano,
un planeta pasado donde una vez hubo vida y hoy no hay más que recuerdos.
Hoy el polvo de estrella que brillaba en un sol distante, tuvo la idea de homenajearte.
El reloj avanza y las imágenes no pasan.
No está ese temblor que memorias destruyó y
presentes construyó.
La cabeza se congeló en aquel columpio, como una foto.
El destello de luz de esos ojos azules fue el flash que nubló el presente.
No te sorprendas de verme en la galaxia, pues estoy orbitando en un planeta lejano,
un planeta pasado donde una vez hubo vida y hoy no hay más que recuerdos.
Hoy el polvo de estrella que brillaba en un sol distante, tuvo la idea de homenajearte.
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