viernes, 1 de mayo de 2009

ESTATUA:

La noche me hace compañía y
el día carga con su pesado trajín;
Yo aquí, fijo en medio de una plazoleta
que nadie visita y que a menudo es víctima
de la muerte.

Al otro lado de la calle se ven corazones palpitar y
ojos mirar.
De nuevo aquí, parado, solo veo la vida; con labios
empolvados y manos enfriadas con el pasar del tiempo.
Mi pecho se volvió roca con el viento que soplaba la soledad desde
aquel amargo lugar de la ciudad.

Mis turnios ojos no pueden mirar más que al horizonte y los que me
rodean...no saben a quien tienen a su lado.
Si algún día despierto de este letargo en el que me encuentro, tal vez
busque vengarme, pero ese buitre malvado con ojos de ángel me hace
vacilar y no sé si pueda, yo...
Tengo miedo de ser.
Dudo al hacer.
Creo no ser perdonado.

Algo tuvo esta piedra alguna vez, sus ojos miraban, sus manos tocaban,
su pecho se alegraba con cada latido, pero sus labios...
todavía esperaban.

Una tarde de primavera la vida comenzó a ser fría.
Algún día de verano mi vista se tornó contemplativa.
Un Abril, la estatua vigilaba cual noche fría cala cuando
pude comprender que realmente eras tú quien me buscaba.

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