Estuve una vez ahí y
jugué a no salir de aquí.
Estoy fuera de mi.
Fuera de ti.
El tiempo pasa por este lugar
y, de vez en cuando, me invita a
conversar.
Estoy dentro de ti.
Un suave susurro del viento
me cuenta un profundo secreto.
Mi cuerpo está en silencio,
Fuera de mi está esto;
no me deja soñar, me cierra mi
pensar y mis ojos parecen escapar.
Hay algo que no puedo evitar.
Estoy obligado a despertar.
Las orquídeas de antaño, tenazmente,
acarician mi mano. ¡Cómo te he extrañado
viejo amigo!
Sentir.
Sencillamente no te puedo describir, eres...
eres dentro de mi.
Es desesperante, lluvia, tormenta,
no puedo dejar de pensarte, de
extrañarte, por algún motivo no
puedo encontrarte. Eres lo que
no soy.
Veo puertas sin chapa.
Personas sin alma.
¿Qué debo aprender?
Las interrogantes copan
mi pobre cabeza.
Necesito volver a entrar.
Este espacio en el que estoy
inmerso, es realmente extenso.
Dime dónde debo partir para poder
recuperar mi tan extrañado latir.
Veo luces ir y venir.
Volar, rotar, explotar.
Entonces la luz azul que se expandió
ante todas las luces, se posó frente
a mi ser.
Gritos y voces copan el espacio.
Mi mente da vueltas.
Despacio.
Por fin mis ojos abrí, estoy adentro.
La gratitud inunda mi cuerpo.
Miro hacia atrás y contemplo
agradecido ese largo tiempo en que
estuve fuera de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario