He roto mi garganta para poderte alentar.
Un amor carente de objetividad,
te recuerdo desde que tengo edad.
Me enseñaste a cantar.
En la vida, con esfuerzo todo se puede conquistar.
Mientras estás, no existe el bien y el mal, solamente
el equipo que quiero ver jugar.
Te he visto caer,
con más ansias espero volverte a ver.
Once inmortales vestidos de azul juegan con un balón,
cuando corren se puede ver al verdadero León rugiéndole a aquellos
que piensan que esto no es una religión.
Las alegrías tienen lágrimas y las derrotas
una que otra sonrisa,
aunque estés en la cornisa.
Ganar vale más cuando he visto las cosas por las que has tenido
que pasar.
Con todo el corazón,
aquí no hay razón,
¡Vamos León!
Por más que esté nublado,
el sol sigue brillando y
el cielo sigue siendo azulado.
Yo, mientras siga respirando estaré a tu lado,
saltando en el tablón porque la U va a salir campeón.