Hoy soñé que no soñaba,
la vida minuto a minuto pasaba.
Hubo un momento en que recordé a
la mujer que amaba.
Tanta convicción que me olvidé de
lo que ella pensaba.
Tan egoísta que casi me reflejaba.
Cuando hablaba, la mente se me nublaba.
Al momento del cara a cara,
no tuve más
que emprender retirada,
no había forma de que
ella me amara.
Las agujas del reloj avanzan y en un congelador
mi corazón descansa.
Las hojas caen, el sol se esconde y tu letra aparece
por el horizonte.
Abrí mis ojos;
con felicidad recibí tus anuncios.
Veo tu sonreír a través de palabras,
no hay otra que haga más feliz a mi alma.
Aprender a amar, es dar sin esperar,
cada vez que necesites algo que yo te pueda dar...
mis hombros siempre están disponibles para que tu cabeza
puedas apoyar.
Una vez soñé con la mujer que amaba.
Una vez soñé que me perdonaba.
Una vez...estuve feliz porque ella lo estaba.