www.tresdiasarturo.blogspot.com
En la oficina del abuelo decía: Dios concédeme: SERENIDAD para aceptar las cosas que no puedo cambiar. VALOR para cambiar aquellas cosas que puedo. SABIDURÍA para reconocer la diferencia. Y PACIENCIA para llegar a la meta.
jueves, 21 de abril de 2011
martes, 19 de abril de 2011
CUERPOS NEBULARES
Parte Primera:
GRAVEDAD:
Estoy observando todo desde arriba.
Puedo sentir el agua salir, escurrir desde
el centro de la tierra.
Hay árboles por todas partes. Oxigenan mi
imaginación a tal punto que de la nada inventé
una canción que no logra entusiasmar a una
ficticia afición.
El pasto es verde,
la esperanza amarilla; toda
la vida está podrida.
Escucho voces a mi alrededor, parece que hay
un fantasma en medio de tanto fervor.
Nadie nota que ese reflejo soy yo.
El sol brilla fríamente,
no habla, no canta.
No está.
Quién sabe lo que espera
para explotar.
Es hora de que el viento sople.
Es hora de absorberme en el mundo.
Segunda Parte:
PECADO ORIGINAL:
Zángano aquel que de a poco
te roba la vida.
Inyección de muerte.
Insectos por millones.
¿Dónde están las presas?
La paciencia se agota y el hombre
estorba el pensar de aquellos que
quieren actuar.
No queda más que comerte. Quiero
destruir a mi igual para saciar esa
hambre que me tiene loco de atar.
Con los otros destruidos, facilitaré
mi camino hacia el dominio de un lugar
que a veces prefiero ignorar.
Devoré sus extremidades con gusto.
Arranqué sus alas con un placer que hará
que sus sueños de volar se esfumen con
tan solo silbar.
Cuando a la cabeza llegué, la saliva estalló
dentro de mi boca.
Extirparé de él aquello que nunca pude comprender.
Al digerir, todo su poder será mío.
Quiero tomar los que vienen después de él y
así consumar, confirmar todo mi poder.
Sigo aquí observando,
Sigo aquí desvariando.
domingo, 17 de abril de 2011
DESCONOCIDA
No la conozco, mas
la he visto caminar
por senderos en los
que solía estar.
En esos ojos he visto
al mar agitarse furibundo,
no hay otra igual en el mundo.
Los destellos
que emanaban de sus cabellos
impactaron en su cuello y, cual
semilla en el suelo, dieron lugar
a una rosa que me recuerda que
una vez fuiste hermosa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)